¡FUE UN CORTE SECO! y el ¡SUSTO DE MUERTE!

Esta es otra de las anécdotas que no debían faltar en este blog. Se trata de una noche veraniega, donde estábamos todos un poco aburridos de no hacer nada en tanto tiempo, y se nos ocurrió la idea, como éramos tan fans de Iker Jiménez, de escuchar un CD del "Hermano del Logroñés" sobre historias paranormales y cuentos para no dormir. Quedamos en el mirador de Sergio, ya que los padres no estaban porque trabajaban y se encontraban en Sevilla. Cuando llegamos todos, pusimos una atmosfera mas concordante con lo que íbamos a escuchar, simplemente apagamos las luces. Cuando estábamos todos colocados, pulsamos el botón Play y nos dispusimos a la escucha del CD. Entre tantos relatos "reales" pudimos disfrutar de la tenebrosa historia del Gigante de Vega de Coria, que fue la más impactante para mí. Al final, cuando se termino el CD, el "hermano del Logroñés" dijo que quería contar un relato que había vivido en sus propias carnes. La historia acontecía en su tierra natal, en la que, en otras noches de aburrimiento, quedaron él y unas amigas, en casa de una de ellas para practicar la Ouija. Al llegar a la estancia, estaban solos en ese momento, nadie, ningún adulto entre ellos, ninguna vigilancia paterna. Pintaron la tabla de la Ouija, con el abecedario, un sí, un no, un sol, una luna y adiós. Se dispusieron alrededor y cogieron un vaso, bocabajo, en donde colocaron los dedos índices respectivos. En ese instante, preguntaron la típica pregunta que todos hacen, ¿hay alguien ahí? De momento, el vaso se empezó a mover de forma violenta, y ellos, muertos de miedo, salieron a correr, menos la dueña de la casa. Bajaron las escaleras de 5 en 5 escalones, veloces como rayos, acongojados de lo que había ocurrido. Cuando llegaron abajo, se dieron cuenta de que alguien faltaba. De la misma forma subieron para ver dónde estaba la amiga, y cuando entraron a la casa, se encontraron una escena espeluznante. La amiga degollada, como si el corte hubiera sido hecho con una Katana, como dijo él "FUE UN CORTE SECO". De seguida llamaron a la policía, que no tardo en llegar, y a los padres de la niña sin cabeza. El colmo de la situación, es que no se encontraba la cabeza de la susodicha, buscaban y buscaban, pero no había suerte. La primera pregunta que nos hicimos, y que preguntamos a el que narraba esto fue: ¿Y no os interrogaron la policía ni os preguntaron nada la familia? La contestación que nos dio, nada favorable para que nos creyéramos la historia, fue que la madre dijo a la policía que no los interrogaran, que ya habían pasado por mucho sufrimiento. ¡Venga ya, Hombre! y eso quien se lo cree, hay un asesinato y los policías ni preguntan. Flaco favor a la historia.

Un rato después de la narración de la peor historia de miedo que había escuchado, Marina, no sé porque ni como, de repente empezó a chillar como una loca, los ojos se le salían de las orbitas, temblaba y por último se puso a llorar. Estaba muy nerviosa y no atendía a razones. Ella simplemente decía que había visto algo en la cocina, que estaba enfrente de ella. Nos comentaba llorando que era como una sombra de alguien, una silueta oscura con ojos, algo que no había visto nunca antes y que le daba miedo imaginárselo de nuevo.
No tengo ni idea si estaba actuando, todos la creímos, porque si se trataba de un engaño, en ese mismo instante hubieran entrado a casa de Sergio los jueces de la academia de cine española y le hubieran entregado un Goya a la actriz revelación. Esa noche me toco a mí y a Cinti llevar a la Rubia de las maravilla para su casa, y en el camino también decía que veía cosas en los balcones de los pisos, flipante.
Fue una noche redonda, entre lo del corte seco (premio a la mejor comedia del año) que no se lo creía ni el mismo, y el susto de muerte no dábamos para más, lo que hace la sugestión de una persona, ver sombras donde no las hay. Y aquí termina una de las míticas noches de aburrimiento que pasábamos en Mazagon.

PD: La historia del "corte seco" no es así exactamente, he puesto lo que me he acordado y lo que me ha dado por inventarme.

¡Un Abrazo!