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domingo, 11 de abril de 2010

Eloy agárrate a la valla!!!!

¡¡¡Eloy agárrate a la valla!!!, ¡¡¡Eloy agárrate a la valla!!!, ¡¡¡Eloy agárrate a la valla!!!. Cada vez que recuerdo esta frase viene a mi mente una anécdota que aunque graciosa, pudo acabar en medio tragedia, pero como creo que tenemos un gran ángel de la guarda o bastante suerte,al final no pasó nada y no podía aguantar las ganas de contar esta historieta.
El protagonista de ella, como ya podéis imaginar es Eloy. Todo comenzó una mañana cualquiera, no sé por qué esa mañana en vez de bajar a las dunas o a la casa amarilla, nos dio por ir a Ciparsa. La cosa es que en vez de bajar por una escalerita normal y apañada, como hace todo el mundo, decidimos bajar por "el acantiladito" que había tras el mirador, justo donde ahora hay una magnífica escalera de madera; ¡qué bien nos hubiera venido en ese momento!.
La táctica a seguir era fácil, sólo con agarrarte a la valla del chalet colindante no existía ningún tipo de problema, aun así había que tener cuidado, porque el acantilado tenía partes un tanto abruptas.
Recuerdo que Eloy al principio no estaba muy católico con la idea, pero como estamos un poco locos y somos como las hormigas, que todas siguen a la primera, al final se decidió a bajar con nosotros. En el mismo momento que empezó el descenso Eloy fue el último que se decidió a bajar. Una y otra vez todos le decíamos: ¡Eloy agárrate a la vaya!, ¡Eloy que te agarres a la valla! y el respondía: ¡qué sí!, ¡qué sí pesados!.
De repente se escuchó un ¡¡hayyyyyyyyyyyyyyy!!!, seco y desgarrador, en ese momento sentí un frío por la nunca y al girarme para ver cómo estaba Eloy, mis pensamientos se confirmaban. Todos fuimos testigos de cómo el pobre de Eloy bajaba acantilado abajo rodando, pero rodando literalmente y sin dejar de decir: ¡hay, ¡hay!, ¡hay!.
Al final llegó al centro de un arbusto, no se veía a Eloy ni se le escuchaba, sólo se percibía el arbusto, pero nosotros sabíamos que Eloy estaba allí dentro. No sé quién fue el primero que dijo:¿Eloy estás bien? y después de tres segundillos, y como si fuese el arbusto el que hablara, se escuchó: ¡¡quillo pa haberse matao!!. Fue en ese mismo momento, cuando todos nos echamos a reír sin parar, incluso el mismo Eloy, que al final fue el primero en llegar a la arena de la playa, sabiendo que esa caída pasaría a los anales de nuestras caídas. Un abrazo muy fuerte Eloy!!!!

Nota: Al final Eloy se cayó porque en vez de agarrarse a la valla, se agarró a una humilde e inocente plantita que de la emoción del momento, no aguantó de lo que debiera.

4 comentarios:

  1. jajajajaja!!! muy buena anecdota! no veas como rode para abajo! pero vamos, si no es por estas cosas tan emocionantes la vida seria un aburrimiento! xD

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  2. jajajajajaja grandisima entrada jose!! pa habernos matao!!

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  3. JAJAAJAJAJAJAJA diooos me lo imagino y no puedo parar de reir XDDDDDDD

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  4. Bueno ya estoy aqui, Eloyyyy agarrate a la vayaaaaa!!!!! jajaja

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